Y sin más, me dejaste sin palabras. Con tu dedo recorriste mi cara tan suavemente, y yo con media sonrisa te miré fijamente a los ojos, sin decir nada, en ese momento no hacía falta rellenar el silencio, nuestra mirada lo decía todo, iba a salir bien, parecía todo tan perfecto y así sin más me besaste, con esos besos que nunca nadie me ha dado con tu mano derecha acariciabas mi espalda hacia abajo y con la izquierda me cogías la mano para no soltarme nunca y... ¡Pum! Desperté, otra noche soñando que estás a mi lado, otro día más amanecía sin verte, otro día más sin ti, otro día más sin saber cuando te volveré a ver...
No hay comentarios:
Publicar un comentario