Me encanta que sea siempre el último pensamiento antes de dormir, que sus dedos busquen los lunares de mi espalda mientras me cuenta cosas al oído...que sepa perfectamente como hacerme reir, pero también como hacerme rabiar, y que odie todas y cada una de mis lágrimas. Que me dan igual las etiquetas y las despedidas, que con su risa lo tengo todo y más.